PESSOA Y LA LÚDICA CREATIVA FICCIONAL DE SUS VOCES SENSIBLE A LA SAUDADE
“pero en mi espíritu el sol de este día es puerto sombrío”
Fernando Pessoa
Voces de Pessoa(s)
Puede ser particular, puede ser una cuestión de semejanza, de casualidad o hasta de misterio, pero es un hecho en este caso, que el significado de una persona sea justamente nominarse, “persona”.
Creo sinceramente que no hay nada más impersonal que ser persona, pues, ¿quién eres? Pero, la lógica posibilidad de no ser nadie, es también, la de ser todos y todas. Fernando Pessoa tiene en su apellido ese misterio lúdico creativo ficcional. Pessoa, es persona.
No tiene entonces que llamarnos la atención, como en un posible juego, la posibilidad de la grandeza ficcional imaginativa, creativa, de este poeta que llevó al extremo la etimología de la palabra poesía. Fernando Pessoa (1888-1935) es el creador de voces, más, identidades múltiples, pero no arbitrariamente sino, lúdica y creativamente, basándose en estéticas diferentes para cada una de ellas. No es el autor firmando tras una máscara, tapando u ocultándose bajo un seudónimo sino que es una categoría distinta. Construye sus voces ficcionales que son personas reflexivas, pensantes, hablantes, poetas, que no se desprenden al rango de otro yo del autor sino que son con él mismo y en él, unidos y distantes, imaginarios y reales ficciones, separados y de uno mismo. Ellos son sus heterónimos.
El juego del fingidor
La heterodoxia pessoana no es un desdoblamiento del propio autor, del mismo Pessoa, él también es autor y firmará sus propias creaciones (ortónimos). Estas voces creativas ficcionales habitan al autor inclusive en la creación de su propia obra porque, valga la redundancia, jamás abandonan a su autor. La maravilla poética de Pessoa, que llamó la atención sobre todo a quien suscribe es, lo que posiblemente podríamos denominar como modalidad lúdica creativa; refiero a esa imaginación como modelo de un niño que encuentra en el patio o en la plaza a sus invisibles con quien juega cada tarde y los carga de una personalidad creándoles no sólo el diálogo y la interpretación sino una historia, una identidad y sobre todo se convierte en él, en ellos, en cada uno de ellos. La posibilidad de creación y la artificialidad es un juego, es un instrumento lúdico donde se plasma desde la imaginación y el sentido aquello que desde un pensamiento transmutado por algún mecanismo artístico se convierte en figura, en esencia, en pintura, color, escritura, palabras, o lo que fuere. El jugador mueve sus fichas de modo ordenado o desordenado, un homoludens que tirará los dados o solo avanzará en el tablero con el fin de crear lo que en su sentimiento o emoción anhela. En este sentido, “como toda creación, esos poetas nacieron de un juego. El arte es un juego – y otras cosas. Pero sin juego no hay arte. La autenticidad de los heterónimos depende de su coherencia poética, de su verosimilitud”. (Paz 1961:7)
Lo interesante a desarrollar es el cómo puede componerse y descomponerse este autor con estas voces, siendo ortónimo y heterónimo distanciado y referente de autoría a la vez. Pues, Pessoa es Pessoa en su vida y cuando escribe, cuando firma su poesía. Pero pues, Caeiro, Reis, de Campos, es heterónimo teniendo a su vez, su vida, su poesía y firma, porque es una voz, personaje, ficcional, con identidad. Realmente complejo, maravillosamente complejo. Una actitud lúdica creativa, imaginativa notable y destacable. Ahora, ¿cómo es que puede funcionar esto? ¿Cómo es la relación entre poeta autor, heterónimo, creación ficcional, personaje-voz poética? Desde la psicología podría ser definido y así reducirlo a un estado de trastorno de personalidades múltiples y sencillamente encasillarlo y resolverlo simplemente por allí. Pero, desde lo psicológico sería interesante poder abordarlo ya que, no es un trastorno, porque Pessoa nunca deja de ser él mismo creyéndose ser otro, ahí el detalle, son sus creaciones tan integrales que deslumbran y cuestionan el modelo de creación ficcional. Desde los soportes bibliográficos elegidos para este ensayo, puedo llegar humildemente a plantear una posibilidad mínima de respuesta (inicial), que necesita de mayor abordaje sin duda, de continuar en discusión y relevamiento de nuevos sustentos teóricos, pero que basado en el concepto general o central de Levinson (2015), desde su desarrollo teórico mencionado en esta bibliografía, nos puede colaborar.
La relación poesía texto-literatura-heterónimo-ortónimo es necesario encontrarla en algún dato concordante. Me animo a decir que podría encontrarse en la recepción, en la interpretación-significado, más concreto, en la emoción significante. Los textos que han llegado a mis manos y que agraciadamente he podido conocer, manifiestan una sensible nostalgia, una sensible angustia, melancolía, una sensible saudade. Presentado en la voz que se desee, desde la lírica que se componga, siempre está. Álvaro de Campos en su Tabaquería dirá: “Pero soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla, / aunque no viva en ella; / seré siempre el que no nació para eso; / seré siempre sólo el que tenía condiciones”. Ricardo Reis en Las rosas amo: “Así hagamos nuestra vida un día, / incienses, Lidia, voluntariamente / que hay noche antes y después / lo poco que duramos”. Y Alberto Cairo escribe para el Poema X: “Mucha cosa más que eso, / me habla de muchas otras cosas. / De memorias y de saudades / y de cosas que nunca fueron”. No nació para esto, hubo un tiempo mejor, estamos de paso en esta vida y poco duramos, guardamos en memorias nuestra nostalgia de cosas que nunca fueron. ¿Fernando Pessoa?
Por lo planteado, me atrevo a cuestionarme si no será que la creación está en el fundamento del significado. Levinson plantea, en un modo general, desde dos conceptos principales, los mecanismos de identificación del significado; lo que “significa en efecto” (SE) y lo que “podría significar” (PE). Esto es esencia y se descubre una vez que el autor presenta en su obra los significados y la significación que llegan a entenderse tras la interpretación, pero, ya son germen en la instancia del pensamiento creativo-significativo-interpretativo. Al respecto;
Sugiero que detrás de la importancia de SE se encuentra, en cualquier contexto, un espíritu que puede caracterizarse como científico, práctico y ansioso de conocimiento. Lo circunstancial a este espíritu es el deseo de entender, explicar, descubrir o comunicarse. Movidos por este estado de ánimo nos esforzamos en fundamentar o fomentar nuestro conocimiento o contacto con lo real, ya sea la naturaleza en general o la naturaleza humana en particular, esto es, alguna mente o mentes en concreto. Detrás de la interpretación PS, por el contrario, se encuentra una mente que puede calificarse como lúdica, liberada, ansiosa de libertad. Son una característica central de este tipo de mente su ansia por jugar con el conocimiento (…) (2015:486) Nuestros dos modos, aunque desde un punto de vista resultan opuestos o alternativos, desde otro pueden verse como una mutua implicación. Ninguno está, por así decirlo, completo lógicamente sin el otro. Que la interpretación PS presuponga en cierto modo la interpretación ES puede ser visto como un buen ejemplo de dictum aristotélico: al menos conceptualmente, la potencialidad presupone la realidad. (2015:499)
Múltiples voces, un mismo juego ficcional; la palabra, la escritura, la literatura: la poesía. “Lo cierto es que el heterónimo es algo más que un personaje de ficción, pero desde una mirada empírica lisa y llana no llega a ser un individuo real; en todo caso es algo que acontece en el individuo Pessoa que se distancia de él y que en ese distanciamiento cobra autonomía y se constituye en autor”. (Arca 2004:1)
En este artificio de las diferentes voces, juega también el ser otro, una alteridad funcional. Este “multifacético fingidor”, nos muestra su grandeza creativa en cada una de esas personas ficcionales, con voz poética, donde también la estética lo es, las figuras poéticas y sus símbolos representantes. “Por eso, podemos decir que Fernando Pessoa es un autor poblado de autores que expresan sus múltiples posibilidades creativas”. (Arca 2004:6) Un autor que siendo él mismo es otro u otros y en esos otros, remite a él mismo. Increíble, extraño y maravilloso, la plena grandeza que le encuentro a esto es que, (aunque él mismo puede haberlo pensado como una enfermedad) quien se exponga a este mecanismo lúdico ficcional necesita de un conocimiento psicológico interior personal enorme, para ser y fingir ser, pues, en palabras de Octavio Paz, “fingir es conocerse”. (1961:4) El caso de este juego, es poder visualizar el por qué de este suceso, el por qué de estas creaciones magníficas alteradas, llanas, simples y complejas con discursos entrelazados, pero, bajo un mismo sentimiento. Saudade.
Saudade no tiene fin
Los heterónimos de Pessoa son a su vez, fichas, dados y tablero, porque son todo en su juego. Son, su formato creativo lúdico, su mecanismo de organización creativa ficcional, su significado interpretativo. Conviven con el autor, se mezclan en su voz para crear voces donde debaten, son influenciados, registrados, remarcados y comparten sobre todo, en este caso, un sentimiento; ese sentimiento de saudade.
Mucha teoría ha ahondado y vemos que aún (recién) se está ahondando para descubrir al autor y sus voces. Si se me permite el atrevimiento, desde una perspectiva personal, me atrevería a interpretar que desde un sentido psicológico, un ser que tiene un sentimiento tan grande y necesita expresarlo, puede querer decirlo de la mayor cantidad de formas posibles, en este fundamento es que interpreto la siguiente afirmación de Octavio Paz en su artículo publicado para la Universidad de México:
Reis y Campos dijeron lo que quizá él nunca habría dicho. Al contradecirlo, lo expresaron; al expresarlo, lo obligaron a inventarse. Escribimos para ser lo que somos o para ser aquello que no somos. En uno o en otro caso, nos buscamos a nosotros mismos. Y si tenemos la suerte de encontrarnos -señal de creación- descubriremos que somos un desconocido. (1961:7)
Puede ser el pensamiento mismo de Pessoa (que nos llevaría otro análisis crítico llegar a la conclusión de ¿cuál es en específico Pessoa?, pero me comprometo a dejarlo para más adelante con una mayor extensión de espacio y tiempo), puede ser desde Caeiro, aunque “lo que le oíste fue mentira, / y la mentira está en ti” (Poema X, vv 14-15), puede ser la visión futurista empleando a de Campos; “Pero al menos queda de la amargura de lo que nunca seré / la caligrafía rápida de estos versos, / pórtico partido hacia lo Imposible” (Tabaquería, vv 25-27) e inclusive ir al tradicional y neoclásico Reis, “Las rosas amo de los jardines de Adonis, / esas volubles amo, Lidia, rosas (Las rosas amo, vv 1-2). Pueden ser todos, puede ser uno, porque en esta ficción, ¿quién es quién?, apoyado en una cita de T.S. Eliot.
El punto de vista que estoy luchando por abordar acaso esté relacionado con la teoría metafísica de la unidad sustancial del alma, pues, a mi juicio, el poeta tiene no una “personalidad” que expresar, sino un medio en particular, que sólo es un medio y no una personalidad, en el cual las impresiones y las experiencias se combinan de maneras peculiares e inesperadas. Impresiones y experiencias que revisten cierta importancia para el hombre pueden no tener lugar en la poesía, y aquellas que se vuelven importantes en la poesía pueden jugar un papel insignificante en el hombre, en la personalidad. (2000:26)
Desde allí, la saudade; esa tristeza, responde también a estéticas diferentes con el mismo escritor referente, mente creadora, autor físico, pero con personas creadas lúdica y ficcionalmente diferentes. El sentimiento de saudade, es el estilo de la saudade, es tristeza y es nostalgia, es melancolía a un tiempo que no fue, a un pasado (imperio portugués quizás) que no se realizó, que no prosperó y que en la mirada tardía y a posteriori toma conciencia de la decadencia del momento. Es un mundo gris que “late lento”, en una Lisboa decadente, el ritmo lento y cansino de sus versos, acompañado de un melódico fado, dan ese juego significante que complementa en todos y en cada uno esa saudade; en Tabaquería, “Conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama; / pero nos despertamos y es opaco, / nos levantamos y es ajeno” (vv 20-22). Alberto Caeiro, Poema X; “¿qué te dice el viento que pasa? / Que es viento, y que pasa, / y que ya pasó antes, / y que pasará después” (vv 3-6).Trayendo nuevamente a Eliot a nuestra reflexión, “la emoción del arte es impersonal. El poeta no puede alcanzar esta impersonalidad sin entregarse por completo a la obra por realizar.” (2000:29) Todo apunta a una posible y misma realidad, estos textos han sido escritos por necesidad, la necesidad del autor de decir, la necesidad de transmitir, la necesidad de la palabra como sanadora y como explicativa de lo que muchas veces no podemos decir. La grandeza de Pessoa está en lograr esas palabras en la escritura, desde la “pessoa” que a él le pareciera mejor debía decirla, escribirla, transmitirla, pero que le de origen, germen a ese naciente en su particular literatura. Los constructos emocionales de los heterónimos pertenecen a un mismo sistema emocional, a un mismo sentimiento. Expresan así ese mismo sentimiento pero cada uno desde su perspectiva, desde sus características como voz-personaje ficcional pero en sus coordenadas, en su estética y en sus fundamentos propios dando crédito a su modelo de emoción, pero siempre todos refieren a lo mismo, esa nostalgia, esa añoranza y melancolía que denominamos, saudade. La nostalgia por lo que habría sido y no fue.
Conclusiones, casillero final
Por todo lo expuesto, la heteronimia es del autor en realidad, fuera de su persona y así, él mismo se transforma, convierte en una de las obras de su obra. “El poeta debe estar muy consciente de la corriente principal, que no fluye única e invariablemente, a través de las más distinguidas reputaciones. Debe tener plena conciencia del hecho obvio de que el arte nunca mejora, pero que la materia del arte no es exactamente la misma en todos los casos”. (T.S. Eliot 2000:21) Como ya se mencionó anteriormente, ser escritor es ser fingidor, es crear una otra voz que permita salir de esta vida “normal” y una posibilidad de salida es mediante el juego. Su historia podría reducirse al tránsito entre la irrealidad de su vida cotidiana y la realidad de sus ficciones. Estas ficciones son los poetas Alberto Caeiro, Alvaro de Campos, Ricardo Reis y, sobre todo, el mismo Fernando Pessoa. Así, no es inútil recordar los hechos más salientes de su vida, a condición de saber que se trata de las huellas de una sombra. El verdadero Pessoa es otro. (Paz 1961:4) La escritura, la palabra, pueden ser herramienta, mecanismo para esa funcionalidad lúdica y la literatura se convierte en prueba irrefutable e inequívoca que la vida no basta. La literatura es más que esa vida, es lo que le falta y se crea en las palabras, en la escritura. La literatura completa los faltantes de la vida personal, de la vida de las personas, de la vida de pessoa(s).
Sin la presencia de los heterónimos sería mucho más complejo definir a Pessoa como autor; o en todo caso, lo pensaríamos como un poeta contradictorio, incoherente, sin estilo preciso, sin unidad de escritura. En cambio, la heteronimia viene a llenar un vacío, a explicar incoherencias, a superar contradicciones. El heterónimo, que por un lado lo diversifica, por el otro lo constituye en la diversidad. (Arca 2004:5)
La necesidad, el poder manifestar de todas las formas posibles, desde todas las voces posibles, desde todas y cada una de las pessoa(s), ese sentimiento de saudade. Porque creo firmemente que cuando un alma necesita manifestarse, no importa en cuanto se divida o multiplique para hablar, sus voces serán las mismas desde el grito que sea.
“…lo que primordialmente dirige o conduce la respuesta del sujeto hacia la obra no es su situación o condición personal, sino los componentes significativos desde el punto de vista humano que la obra presenta”
Jerrold Levinson
Bibliografía
Corpus
- Pessoa, Fernando. Antología Poética. Lisboa, Relógio D’Agua Editores, 2013. Impreso
Textos teóricos y críticos
- Arca, Claudio Mauricio. Los heterónimos de Fernando Pessoa y el concepto de autor de Michael Foucault. Argentina, V Jornadas de Investigación en Filosofía. Universidad de La Plata – Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Departamento de Filosofía, 2004. Impreso
- Derrida, Jacques. De la gramatología. México, Siglo veintiuno, 1986. Impreso
- Eliot, T.S. Ensayos escogidos. México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2000. Impreso
- Huizinga, Johan. Homo ludens. Buenos Aires, Alianza, 2007. Impreso
- Levinson, Jerrold. Contemplar el arte. Ensayos de estética. Madrid, La bolsa de la Medusa, 2015. Impreso
- Paz, Octavio. “Fernando Pessoa, el desconocido de sí mismo”. Revista de la Universidad de México, Volúmen XVI – Número 3, 1961, pp 4-7. Impreso
- Paz, Octavio. “Fernando Pessoa: obra poética”. Revista de la Universidad de México, Volúmen XVI – Número 3, 1961, pp 8-13. Impreso